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Los anticoagulantes son medicamentos que previenen la formación de coágulos sanguíneos. También evitan que los coágulos de sangre ya existentes se hagan más grandes. Los coágulos en las arterias, las venas y el corazón pueden causar ataques al corazón, derrames cerebrales y bloqueos. Usted puede tomar un anticoagulante si tiene:

 

  • Ciertas enfermedades del corazón o de los vasos sanguíneos
  • Un ritmo cardíaco anormal llamado fibrilación auricular
  • Un reemplazo de válvula cardíaca
  • Un riesgo de coágulos de sangre después de una cirugía
  • Defectos cardíacos congénitos

 

De los anticoagulantes orales existen 2 tipos más usados:

  • Antagonistas de la vitamina K como el acenocumarol y warfarina. Este tipo de medicamentos requiere de un control habitualmente mensual con niveles de INR para ajustar las dosis del fármaco y mantener la coagulación en ciertos rangos deseables. Además estos fármacos sufren de interacciones con otros remedios, como los antiinflamatorios por ejemplo, y con algunos tipos de alimentos como las hojas verdes. Por eso es necesario seguir las indicaciones del centro en donde se controle la anticoagulación.
  • Anticoagulantes directos como el rivaroxaban, apixaban, dabigatran. Este tipo de fármaco no requiere un control mensual de los niveles de anticoagulación.